a mi padre, que murió soñando con un mundo más justo

jueves, 25 de abril de 2013

25 de abril sempre: nova Revolução dos Cravos


No tienen la corrupción de Italia o Grecia, no han vivido el subidón de cocaína durante 12 años como España, no se han chuleado por el barrio exhibiendo su supuesto milagro al estilo coreano como Irlanda. Los portugueses solo han ido tirando, cometiendo errores y con sus problemas, como todo el mundo, pero solo tirando. Hoy el país es duramente castigado, lleva años haciendo los deberes sin rechistar y la respuesta desde el norte es siempre la misma: no es suficiente, hace falta más, y más, y más... Cuando la ciudadanía o las instituciones (como el Tribunal Constitucional) se rebelan la respuesta es contundente: no os resistáis o será peor.
Hoy el futuro de Portugal es negro. Los servicios sociales se derrumban, la sanidad y la educación están en situación crítica, el tejido productivo está por los suelos. El gobierno, servil y obediente, ya no sabe donde recortar y tiene poco margen. A este paso, quién sabe, podemos llegar a una situación apocalíptica: el castillo y el bello palacio de Guimarães puede que algún día se derrumben presa del abandono, con el tiempo el viejo funicular del Bom Jesus dejará de funcionar, será imposible subir por el valle glaciar del río Zezere porque las carreteras de la Serra da Estrela estarán abandonadas y solo los todoterrenos se atreverán a intentarlo, en las aldeias históricas de la Beira interior ya no quedará nadie y permanecerán todas en completo abandono, en el viejo Oporto la Unesco habrá retirado el título de Patrimonio de la Humanidad porque el deterioro será ya demasiado, las casas del Alentejo rural ya no serán de un blanco inmaculado, estarán ennegrecidas y no reflejarán con pasión el intenso sol veraniego, en Coimbra las ruinas romanas de Conimbriga estarán cerradas por peligro de derrumbe ante la falta de mantenimiento mientras la universidad languidecerá lentamente, en el Algarve ya solo vivirán alemanes e ingleses, ya no volveré a poder quedarme en la agradable Pensión Atlántica de São Martinho do Porto porque habrá cerrado, y Lisboa, no sé  que será de Lisboa, puede que su precioso Museo del Azulejo esté cerrado, que su Vía Augusta esté sucia y maloliente, que su Avenida da Liberdade termine cambiando de nombre y en el Chiado haya cerrado la antigua libreria Bertrand.
Hoy, más que nunca, Portugal necesita una nueva revolución de los claveles. Sin embargo, ¿quién es el enemigo a batir?, ¿contra quién hay que salir a la calle?, ¿contra la Merkel?, ¿contra el FMI?, ¿contra los mercados?, ¿contra quién?. Hace casi 40 años cuando sonó Grândola, vila morena los portugueses  tenían un enemigo claro y una esperanza factible, hoy todo es mucho más difícil. De todos modos, por lo menos ellos tienen una fecha para el orgullo y un himno que cantar en los momentos de desesperación.
Dejo este vídeo de una manifestación en la Praça do Comercio y si tenemos paciencia, a mitad del vídeo se canta la canción de José Afonso, simplemente emocionante. 25 DE ABRIL SEMPRE: NOVA REVOLUÇÃO DOS CRAVOS.

                    

3 comentarios:

Joselu dijo...

Emocionante. Pobre Portugal, pobre España, pobre Grecia… hundidos y sin expectativas. Al menos los portugueses tienen un himno, una épica, una referencia a la que acogerse. Nosotros no. Recuperamos la democracia con un cambalache en el que yo participé como militante de base de un partido de extrema izquierda que vendió su alma por su legalización.

Las cifras del paro hoy ensombrecen cualquier reflexión. Y cuando contemplo a mis alumnos los veo totalmente desahuciados y temo por mis hijas, mi jubilación, por la de todos.

Terrible.

juan carlos doncel dominguez dijo...

Terrible, sin duda. No hay esperanza pero tampoco un himno, una épica. Como bien dices, no hay nada. Nos han robado el futuro.

Hung dijo...

This is great!