a mi padre, que murió soñando con un mundo más justo

sábado, 24 de marzo de 2012

piquetes empresariales


Después de un parón obligado, mi blog vuelve a palpitar y lo hace indignándose frente al mayor ataque a los derechos de los obreros desde hace 40 años.Ante la próxima huelga general necesito hacer algunas reflexiones pertinentes entorno a lo que se nos viene encima. Aquí no están solamente en peligro las relaciones laborales y las condiciones concretas de vida y de trabajo de millones de personas, aquí está también en peligro el respeto al esencial derecho de huelga y la importancia de los sindicatos en la sociedad. Si nada lo remedia, en unos años se habrán dinamitado las bases de las relaciones sociales y laborales tal y como las entendíamos hasta hoy; la crisis económica habrá sido la burda coartada empleada.
Desde hace más de una década hemos visto a la derecha y la ultraderecha política y mediática lanzar una ofensiva permanente y testaruda contra el papel de los sindicatos en la sociedad y el derecho de huelga. Ese discurso ha terminado calando en la sociedad. Que los sindicatos mayoritarios sean francamente mejorables ha servido a estos sectores reaccionarios para cuestionar la importancia de los sindicatos en las relaciones laborales y su esencial papel en una sociedad democrática.
Por otro lado, han aprovechado cualquier gran huelga general o sectorial para poner delante el derecho a trabajar sobre el derecho de huelga, considerando a este último más que como un derecho, como una agresión, como un ataque destructivo y antipatriota que esos sectores conservadores contraponen a los trabajadores responsables que desean trabajar y a unos empresarios comprometidos con el crecimiento de la economía patria a los que llaman "empleadores".
En este contexto, cada vez que hay una huelga general, escuchamos de nuevo ese discurso que vuelve a poner en primera fila la cuestión de los piquetes obreros, que son un ataque directo al derecho de los honrados ciudadanos a acudir a su puesto de trabajo libremente. Pero ¡qué pronto olvidamos!, sin esos piquetes muy pocas huelgas hubieran triunfado y hoy viviríamos probablemente con las mismas condiciones que hace un siglo.
El derecho a la huelga es para mí un derecho esencial a la misma altura que las garantías judiciales o la  libertad de expresión, prensa, reunión o asociación. Contra ese derecho han actuado siempre, y ahora también, los PIQUETES EMPRESARIALES, esos piquetes sordos, que no se ven ni se oyen, cuya violencia no sale en las portadas de periódicos y telediarios. Es difícil cuantificar cuántos trabajadores nunca se podrían poner en huelga aunque quisieran, pero parece que en una situación de precariedad como la actual es evidente que son muchos, muchísimos. Son amenazas veladas o directas que coartan la libertad de los trabajadores.
Voy a poner un ejemplo muy clarificador: Un familiar trabaja en una empresa de tamaño medio, unos treinta trabajadores, en una gran ciudad española. El otro dia, en un acto de cinismo descarado, su jefe se reunió informalmente con sus asalariados. En tono casi jocoso les dijo que todos estaban de acuerdo con la huelga y rechazaban la reforma laboral pero que era una tontería perder el sueldo de un día haciendo un paro inútil porque el PP tenía mayoría absoluta e iba a hacer lo que le daba la gana. "Os propongo -les dijo- que cambiemos el día de huelga por un día de asueto y relax, por la mañana trabajamos hasta las dos y luego nos subimos a la azotea del edificio de la empresa y montamos una barbacoa por la tarde, nos entretenemos y descansamos de la monotonía". Dió por supuesta la respuesta positiva mientras sus trabajadores le miraban con los ojos como platos, y les agradeció su colaboración y su interés por la empresa. El mensaje era claro, la huelga no es una opción, el que la haga se atendrá a las consecuencias; en cambio, el que cumpla será recompensado con una tarde agradable y distendida. Este patrón fue cínicamente diplomático, otros no quieren o necesitan serlo.

3 comentarios:

Joselu dijo...

Yo no he hecho huelga pero considero que en todo lo que has expuesto tienes razón, no voy a entrar en una conversación sobre razones de un signo u otro para defender mi postura.

Ciertamente, era necesaria una respuesta y es sano que las sociedades reaccionen ante los ataques que están sufriendo los derechos sociales.

Sin embargo, en la lógica neoliberal vemos que la posición de España es cada día más frágil y que corremos el riesgo de ser intervenidos. Las imposiciones de la UE, Alemania, el FMI y el Banco Mundial son inequívocas y supongo que el gobierno hace lo que le indican que haga y sabemos que no será suficiente. ¿Qué hacer? No lo sé, Juan Carlos, ojalá que pensara que con huelgas como la de hoy podríamos salir del intrincado vericueto en el que estamos. Pero no lo creo. Me alegro de que haya sucedido, como me alegro de que haya ganado la izquierda en Andalucía y me alegraría de que cambiara el signo de la Junta en Extremadura, pero no votaría a ninguno de los partidos que sustentan ese cambio. El problema ahora que tendrán PSOE e IU es decidir qué política van a hacer con los recursos y presupuestos reales que tienen y sin poder endeudarse más.

No difiero de lo que dices. Tienes razón. Solo pretendía reflexionar contigo.

Juan Carlos Doncel Domínguez dijo...

Entiendo tus argumentos, Joselu. Este gobierno hace lo que hace por principios, pero cualquier otro, habría hecho algo parecido, aunque fuera por obligación. La dinámica económica mundial se escribe hoy con letras neliberales y yo, como tú, tampoco sé que se puede hacer. Cuando hablo de defender la huelga y la lucha, lo hago desde una perspectiva casi romántica, como la nobleza bajomedieval recordaba con nostalgia los tiempos de gloria de la caballería pesada arrasando en los campos de batalla. Yo no hago huelga porque crea que sirve para algo, hago huelga porque considero que es mi obligación moral y mi forma de recordar con respeto y admiración a aquellos que se enfrentaron con arrojo al egoísmo y la codicia en tiempos mucho más difíciles que éstos. Esta huelga es para mí una cuestión de principios, no quiero recordarme dentro de décadas con alguien que no movió un dedo y miró hacia otro lado frente a la codicia, la avaricia y la desvergüenza. Gracias por tu aportación, Joselu.

The Doll dijo...

Eso es bueno, que este blog, y otros mas no paren de "palpitar", hay que precurar remover conciencias para haceznos despertar de este absurdo aturdimiento que tenemos
saludos