La primera vez que escuché en vivo a un cantautor fue al gran Pablo Guerrero. Corría el año 1986, yo tenía 16 años y me emocioné cantando "Tiene que llover a cántaros" con otros cientos de cacereños que abarrotábamos el Centro Cultural San Francisco. Tengo que reconocer que no soy un seguidor ferviente de la canción de autor, pero valoro esa música y el papel que tuvo y tiene como conciencia de una sociedad que un día tuvo a esos artistas como referencia y hoy apenas sí se fija el ellos. Desde aquel concierto he seguido encontrándome con ellos en más ocasiones, disfruté de Hilario Camacho, de Luis Pastor, de Ismael Serrano.
En esta canción Luis Pastor reflexiona sobre los cantautores de antes, sobre su futuro y su sitio en el mundo actual. Merece la pena escucharla. Salud.
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