Fish Tank (R.U., 2009, direcc. Andrea Arnold) es una magnífica película. Ganadora de varios premios (Bafta británico, Festival de Cannes), hace algún tiempo la disfruté en la Filmoteca de Extremadura y desde entonces he pensado en escribir sobre ella. El tema social ha tenido siempre su espacio en el cine británico, son numerosos los retratos de la clase obrera o de sectores marginales, la vida en sus barrios, sus anhelos, sus frustraciones. El más conocido en Europa es, sin duda, Ken Loach; su obra ha trabajado reiteradamente el tema, lo ha hecho desde una perspectiva militante, en ocasiones, demasiado idealizadora y, quizás, simplificadora.
Para mí Fish Tank supera esa perspectiva y se acerca al mundo de una adolescente en una familia desarticulada y carente de recursos de una forma más natural, casi de forma parecida al cine documental; no hay militancia directa, pero el resultado es igual de combativo: no todos tenemos las mismas posibilidades, las gentes que nacen en el entorno en el que nace la protagonista (la actriz Katie Jarvis) tratan de buscar su propia salida, y rara vez es exitosa; carentes de conciencia social, su lucha es instintiva, las posibilidades de promoción social mínimas. Mia busca cumplir su sueño de bailar y fracasa; se enamora de quien no debe y fracasa; su vida familiar es también un fracaso: su madre fue una joven madre soltera que nunca asumió sus nuevas responsabilidades. Ella carece de amigos, los pocos que tiene los pierde; termina encontrando a un joven marginal, sin futuro como ella. Su relación es confusa, lo cierto es que los dos necesitan no estar solos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario