Este blog se llama así y no por casualidad. Tomó su nombre de un magnífico libro de José Saramago con el mismo título: LEVANTADO DO CHÃO (Alzado del suelo). Obra de su primera etapa, no es ni de cerca la más conocida pero si una de las más sentidas e impresionantes: utilizando una fina ironía recorre la historia de varias generaciones de una familia de jornaleros del Alentejo portugués, mostrando un cuadro hiriente de la dura vida de supervivencia y lucha de una población reducida en muchos aspectos a un estadio de servidumbre. Su lectura recuerda necesariamente las condiciones similares de existencia de los jornaleros extremeños y andaluces, que conozco de forma directa y muy cercana: soy nieto e hijo de jornalero. La obra del premio nobel es una inestimable contribución al recuerdo de aquellos hombres y mujeres anónimos que llevaban en sus caras tatuadas las marcas del hambre, la humillación y la ignorancia, heredadas de padres a hijos durante siglos de ominosa explotación. Hablé a mi padre de este libro en muchas ocasiones, el se quejaba con razón de que la mayoría de los intelectuales, “con la tripa llena”, nunca se preocuparon lo suficiente de los que no tenían. Eso puede valer para muchos, pero no para José Saramago. Aunque mi padre nunca pudo leer esta obra, supo de ella y hoy, en su nombre, agradezco al autor portugués su contribución a la conservación de la memoria de los olvidados, de los infrahombres, de los que “solo servían para trabajar” y no para vivir.
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